Antecedentes

El oriente antioqueño desde hace algún tiempo viene sufriendo las nefastas consecuencias de la guerra, dicha situación se vio agravada durante los años 1999 a 2003 aproximadamente, dadas algunas características como: la topográfica, la ubicación geográfica y las riquezas hídricas de la región que la convirtieron en terreno propicio para las pugnas políticas, militares y de grupos al margen de la ley. Este conflicto dejó infinidad de muertes y desapariciones, orfandad, disminución del comercio y la producción agrícola, abandono de los campos de parte de familias enteras que huyeron de las consecuencias de la guerra, desplazamiento hacia las ciudades, pobreza, deterioro social, entre otras consecuencias.

El municipio de Granada sufrió el recrudecimiento de la violencia en la región como lo pueden demostrar los siguientes hechos: desde 1999 se comienzan a producir muertes selectivas de la población, en el año 2000 su tasa de mortalidad por causas violentas fue de 408 muertes por cada 100.000 habitantes. En el mismo año sufrió dos hechos de guerra con unos saldos lamentables: masacre paramilitar del 3 de Noviembre con 19 personas muertas. El 6 y 7 de Diciembre una incursión guerrillera que dejó 21 muertos, 124 viviendas y 82 locales comerciales completamente destruidas, lo mismo que 220 viviendas afectadas. A partir de esta fecha se siguieron presentando muchos actos de guerra tales como muertes selectivas, desplazamientos, enfrentamientos entre los diferentes grupos armados, bloqueo de vías para la movilización y transporte de alimentos, masacres, desapariciones forzadas, accidentes causados por minas antipersonal y munición sin explotar, entre otros actos de guerra.

Es de anotar que aunque la intensidad del conflicto se comienza a estabilizar a partir del año 2003 aproximadamente y en la actualidad se tiene una más sana convivencia, las consecuencias dejadas por la guerra aún afectan a esta comunidad, por ejemplo la población se vio reducida a menos de la mitad por el desplazamiento forzado hacia otras ciudades, o de la zona rural a la cabecera municipal, la dinámica y composición familiar cambió, muchos han sufrido de stress post traumático, la pérdida de familiares y amigos, lo cual ha implicado además el deterioro de las redes sociales.

Dentro del marco de este conflicto podemos afirmar que la población infantil ha sido una de las más afectadas, dado que existen muchos niños que perdieron a sus padres, madres y/o ambos en medio de este conflicto, lo cual genera diferentes consecuencias negativas que se demuestran en su vida actual y además otras situaciones que se manifestarán en un futuro.

Los menores de edad son uno de los grupos más susceptibles a todo lo que sucede a su alrededor, máxime cuando estas situaciones producen cambios de fondo en los estilos de vida cotidiana, es así como los niños que han perdido a sus padres a causa del conflicto vivencian diferentes condiciones dependiendo en parte, si se les permite o no elaborar sus duelos, si se cuenta o no con un acompañamiento adecuado para entender estas situaciones, muchos de ellos además de sufrir la pérdida de sus padres por muerte, deben también permanecer en diferentes condiciones de abandono ya que quien queda a su cuidado debe buscar otras formas de subsistencia que en muchas ocasiones hace que permanezcan solos y que carezcan de modelos educativos y afectivos cercanos. Otros se han tornado agresivos, han bajado su rendimiento escolar, tienen dificultades comportamentales, guardan sentimientos negativos internos que buscan vengar con el pasar del tiempo, viven en condiciones precarias de pobreza y con una baja calidad de vida.